Josep Losey. Un nombre inscrito ya en las grandes páginas de la historia del cine. Sería difícil encontrar un hombre más conectado con los problemas de nuestro tiempo. Un hombre que ha sufrido en su propia carne el martirio del exilio y la persecución como el estigma que marca a todos aquellos que sienten hambre de libertad y odian la resignación. Losey es un auténtico ciudadano del mundo. Desgajado de sus raíces americanas ha seguido un itinerario intermitente: de Italia a Inglaterra, de Francia a España. Su obra se extiende a lo largo de los continentes rebasando los límites fronterizos que coartan a veces la libertad del artista sometiéndole a compromisos indignos de su talento.
En este libro, Josep Losey estampó su firma autógrafa durante una conferencia de prensa celebrada en (Prades(Francia) En este festival se le rindió un homenaje al hombre y su obra.
Nacido en La Crosse Estado de Wisconsin (USA) el 14 de enero de 1909 Fallecido en Londres el 22 de Junio de 1984.
El tributo se tradujo en una interesante retrospectiva de su filmografía que incluyó títulos muy significativos:» El niño de los ojos verdes», expresión insólita y directa de la vida en la que Losey ya basaba los temas de la destrucción y del desprecio. Este film realizado en 1948 marca el principio de su carrera en Hollywood. También en Hollywood, Losey realizó «The Prowler» con un guión de Dalton Trumbo en 1951. Su film más importante en del período americano. Historia de un policia que se convierte en el asesino del marido de la mujer que debe proteger. Por primera vez, aparece claramente la idea fundamental en toda la obra de Losey. la confusión de valores.El personaje principal piensa vivir son los valores de un mundo que había elegido y de pronto, comprende que se equivocó .
En 1952, Losey se exila inglaterra Tiene que filmar algunas películas con seudónimo (El tigre dormido») antes de empezar su segunda carrera con «Time without pity» (1957) , doloroso itinerario de un padre alcohólico que quiere salvar a su hijo condenado a muerte. En este film de una violencia llevada al paroxismo, Losey reafirmaba su gran principio ético: rechazar la resignación como corrupción suprema. Con «The Gypsy and the Gentleman»(1957) cuyos planos son de una belleza formal absoluta, Losey inicia una serie de obras que describen la degradación de un ser por otro. Este tema encuentra su culminación en la obra maestra de Losey «The servant» (1964) descenso a los infiernos de la corrupción en la que las relaciones «amo» y «sirviente» invierten el orden de dominio del vicio y de la decadencia física. . «King and Country» recupera el tema de la confusión de valores y el aniquilamiento de un personaje por el mundo que le rodea. En 1967, Losey realiza «Accidente», obra maestra del film sicológico admirablemente servido por un guión de Harold Pinter.. Después del ambiguo conflicto de dos mujeres en «Ceremonia secreta» (1969), Losey dirige una serie de películas de tema político «Figures in a landscape» Caza humana -lleva la abstracción a su máximo límite en esta parábola sobre la inutilidad de huir de un poder omnipresente, simbolizado por un helicóptero de fantasmal aspecto. Antes de seguir en esta línea con «El asesinato de Trotsky, Losey realiza con maestría otra obra maestra sobre guión de Pinter «El mensajero»(1971) relato de los primeros descubrimientos amorosos de un colegial pobre durante su estancia en una aristocrática famila inglesa de la región de Norfolk.
RECUERDO A BARCELONA En los tres días que Joseph Losey estuvo en Prades se brindó a comentar su obra al final de la proyección. Cuando apareció después de haber terminado «Accidente» se lamentó de las deficiencias de luz y sonido que afectaron el pase de una copia en 16 milímetros. «Nunca me he encontrado con un público más paciente», dijo «En tales condiciones yo me habría marchado de la sala» Con el ánimo poco dispuesto al diálogo soportó algunas preguntas hasta que finalmente decidió interrumpir el coloquio pidiendo que se le suministraran las preguntas por escrito a fin de que pudiera seleccionar las que merecían respuestas para la mañana siguiente. Se alejó en coche del festival después de firmar algunos autógrafos en «Le livre de Losey, grueso volumen publicado recientemente en Francia.
Gracias a la intervención de su esposa y al recuerdo de su última estancia en Barcelona para el rodaje de algunas escenas de «Las rutas del sur», accedió a concederme una entrevista en los jardines del hotel donde compartía el almuerzo con todos loe invitados del festival. Estaba cansado y sin demasiadas ganas de hablar. Fue difícil romper su correcta frialdad .
«ES IMPRESCINDIBLE QUE UN AUTOR VUELVA A SUS PRINCIPIOS.»
– Que recuerdo tiene del rodaje en Barcelona de «Las rutas del sur» y qué ha significado esta película para Usted? – Conservo un buen recuerdo en general, particularmente de la forma cómo hemos captado Barcelona y también de la utilización del Museo y del interioe del apartamento privado para la secuencia de la cena. Trauner tuvo la buena idea de cubrir los muebles y los candelabros con mantillas para darles un aspecto fantasmagórico. La escena está bien escrita y bien interpretada , aunque Montand no estuvo de acuerdo porque opinaba que era necesario una descripción más clara. – -Fue una experiencia positiva? –Creo que hubiera sido mejor si Semprun y yo hubierámos tratado el tema de una manera mas política. Por otro lado, hubo un error por mi parte al hacer una película que tenía muchos puntos de contacto con «La guerra ha terminado» de Alain Resnais. Esto me coaccionó desde el principio. Quizá por esta razón, me incliné hacía otro centro de interés: las relaciones padre-hijo. En este aspecto, estoy satisfecho. El resto hay que achacarlo a errores míos y de Semprun. – En estos últimos tiempos ha trabajado usted casi exclusivamente para los productores franceses. ¿Ha logrado tener las mismas satisfacciones en su trabajo, por ejemplo, en Inglaterra? – He hecho tres películas en Francia, aunque «Don Giovanni», la última , se ha rodado en Italia. Siempre resulta interesante conocer otros países, aunque la experiencia sea decepcionante en algunas ocasiones, De todas formas, creo que después de trabajar en países diversos, es imprescindible para un autor volver a sus raíces, aunque también a veces eso es muy difícil.
DOS PERSONAJES EN BUSCA DE AUTOR: DON GOVANNI y GALILEO
—— Don Giovanni es un film muy costo y sabemos que el rodaje estuvo lleno de dificultades. ––Si, es cierto. Fue muy difícil, pero la experiencia merecía la pena. Era la primera vez que filmaba una ópera. — Pero estaba usted ya costumbrado a dirigir y filmar teatro. «Galileo» de Bertold Brecht iba en este sentido ¿En que medida le interesa la relacición cine-teatro? — Esta es una pregunta muy complicada y larga de contestar. Hace muchos años que tenía el proyecto de realizar una película en escenarios italianos. Pero, por muchas razones, había podido llevarlo a cabo. Quería salir de los ambientes cerrados de películas como «King and country» para filmar en escenarios abiertos , Una obra como «Don Giovanni» me permitía esta posibilidad. Es cierto que hubo muchos problemas, empezando por la guionista. La arpista tenía las manos heladas. El fotógrafo tenía que conciliar la luz interior con la exterior que cambiaba constantemente. El ingeniero de sonido no lograba coordinar las grabaciones interiores con las exteriores. En cuanto a las mezclas constituyeron un trabajo tremendo. Hay dieciséis pistas sonoras. Tuvimos que concertar los recitativos con la música grabada por Lorin Maazel y añadir luego efectos reales de sonido.Pero, a fin de cuentas, fue una experiencia fascinante, realizada con un equipo estupendo.
LA HUIDA IMPOSIBLE
—-En toda su obra, se repite el tema de la hipocresía de la sociedad tal vez porque usted ha sido víctima de esta realidad. —Si, lo ha sido toda mi vida. — El cine le ha ayudado a expresar esta lucha, Pero, en qué película la ha podido expresar más claramente? –– «El otro señor Klein» —— Todavía que en «Accidente»? — Si . Más directamente. En Estados Unidos hice un film que me permitió también expresar la misma cuestión «The prowler».
— ¿Ocasionó esta película su inclusión en la «lista negra» del senador McCarthy? — No sólo esta si no las demás. Todas mis películas americanas entraban en la misma categoría. — ¿En que condiciones trabaja Vd. en los Estados Unidos? ¿Con los grandes productores o con los independientes? –– Firmé contratos con ls grandes compañías, pero filmé las dos películas con total independencia. Ahora, eso si, cobrando de los grandes productores — ¿Cuál fue realmente la razón de su exilio de los Estados Unidos? –Muy sencillo. No tenía trabajo. No quería dedicarme a la publicidad ni a las películas educativas. Estaba en la «lista negra» y nadie quería confiarme una obra de teatro, una ópera o una película. Me marché de los Estados Unos por razones económicas y políticas. –¿Porqué empleó usted seudónimos para firmar sus primeras películas en Europa? –Fue una imposición de mis productores ingleses. En esa época yo no podía usar mi nombre. —¿Reconoce estas películas como suyas ? –Conservan todavía el nombre falso, pero todo el mundo sabe quién es el autor. –Usted profundiza siempre en la sicología de los personajes por encima de la acción o de la historia. –– No concibo que estas dos cosas puedan separarse. Los personajes forman parte de la acción, y si hay que contar su historia, es preciso profundizar en su sicología. — Usted rodóen España, en Sierra Nevada, concretamente la película «Caza humana» («Figures in a landscape») ¿la considera una obra importante en su carrera? — Si. porque fue una experiencia fisicamente muy dura y muy difícil también desde el punto de vista sicológico. Trabajaba con un tema tabú y además para una gran compañía. En el libro, la acción transcurre en un campo de prisioneros de guerra. Yo decidí mostrar la huída de dos hombres de una opresión a otra colocando sus figuras en un paisaje para llegar a la conclusión de que no vale la pena correr porque no hay ningún lugar a donde ir.
LAS ILUSIONS PERDIDAS
Joseph Losey me habla de sus colaboradores: Harold Pinter, Gerry Fisher y Richard MacDonald, hombres que han participado activamente en su obra aportando su talento de guionista„ director de fotografía y decorador. Para todos tiene palabras de elogio. Sobre todo para Pinter con el que espera realizar su ilusión: llevar al cine la obra de Proust «En busca del tiempo perdido», cuyo guión está terminado. Losey me contesta con un «no» categórico cuando le pregunto por sus actores. Ha creído que le iba a formular la clásica cuestión ¿Con cuáles prefiere trabajar? . Su método de trabajo varía según el actor, pero siempre se establece una complicidad. una cooperación que en el caso de Dirk Bogarde ha llegado a extremos de insólita perfección. El mundo del cine, por otra parte, no le interesa. Es un hombre individualista, alejado de las corrientes y de los ambientes del «show bussiness». Odia ver sus películas en la televisión. —No me gusta la TV, dice. Considero que su papel es destructivo. En otro tiempo trabajé para el medio, pero luego he rechazado cualquier proposición. «Me gusta, añade por último, encontrarme en Prades. El contacto con la gente siempre me ha interesado «. ¿Proyectos? Nada concreto. De momento, prepara varios guiones, aunque no espera rodar hasta dentro de dos años. Naturalmente, su máxima ilusión sería que sonara la claqueta con la primera toma de «En busca del tiempo perdido».
(Esta ilusión no puedo realizarse. La vida de Joseph Losey se extinguiría cuatro años más tarde. En este tiempo, todavía volvió a los estudios dos veces más.Una en Francia, donde en 1982 realizó «La trucha»(La truite) con Isabelle Huppert, Jean Pierre Cassel y Jeanne Moreau, que fue presentada en el Festival de San Sebastian. En 1983, dirigió en Inglaterra «Los baños turcos»(Steaming) con Vanessa Redgrave y Sarah Miles) , en la foto:
En cuanto a «En busca del tiempo perdido» fue realizada por Roul Ruiz en Francia con el título «El tiempo recobrado» y protagonizada por John Malkovicz y Catherine Deneuve. También se llevó al cine «El amor de Swan» con Alain Delon, dirigido poe Volker Schlendorf , ambas basadas en el libro de Marcel Proust. Losey no pudo verlas ya que falleció en 1984.
JUAN FRANCISCO TORRES
(publicado en el diario Tele/eXpres el 4 Agosto 1980